UN DESASTRE AMBIENTAL en Aguas Dulces

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En el marco de la Quinta Edición de la Semana de Frutos Nativos de Aguas Dulces se presentó el libro recientemente publicado

Cuando el sol se escondía detrás de los palmares de Castillos, un buen marco de público –entre ellos el señor Intendente en Ejercicio de Rocha, Dr. Germán Magalhaes- se dio cita en el restaurante Barba Negra de la Avenida Cachimba y Faroles, en balneario Aguas Dulces (Rocha), para escuchar al autor y descubrir los pormenores que hacen de este libro un material de lectura obligada para locales y turistas.

Todo comenzó

En la oportunidad, Ferreira comenzó recordando los lamentables hechos ocurridos en abril del 1978, cuando la población costera del sur de Brasil y de gran parte de Rocha -entre ellos los de Aguas Dulces- se vio confrontada con una gran cantidad de mariscos y peces que surgían muertos desde la costa. Asimismo, un fuerte olor nauseabundo similar al del amoníaco invadía la costa, tal como lo confirmaba asintiendo con su cabeza la Sra. Olga Olivera, tradicional pobladora de la región y escritora de centenas de historias del lugar, la cual acompañó la presentación y recordaba con claridad el incidente.

Posteriormente, el extraño elemento gaseoso empezó a afectar a las personas, generando picazón en la garganta, ardor en los ojos, lagrimeo y abundante mucosidad que no hacía distinción de edad, afectando a grandes y chicos, a tal punto que la Escuela del citado lugar debió suspender las clases en la época, para así prevenir un eventual contagio de algo que no sabían qué era. El fenómeno, que fue catalogado como consecuencia de una “marea roja” por las autoridades de la época, adquirió tal gravedad que llegó a causar la mortandad de animales domésticos, no sólo pequeños como gatos o perros, sino algunos de gran porte, como caballos.

Algunos misterios

Seguidamente el autor se refirió al naufragio del navío Taquarí, que en la época fue señalado por algunos como el causante del desastre ecológico. Encallado en costas del Cabo Polonio el martes 13 de abril de 1971, este buque transportaba más de doscientas toneladas de sustancias químicas, y pereció allí quedando olvidado para siempre, como muchos de los presentes recordaban haber visto en su infancia.

Más allá de los mitos y leyendas construidos en torno a los motivos que llevaron al accidente de un navío tan nuevo y moderno, la pregunta que no podía faltar era sobre el pesado cofre que los pescadores intentaron extraer del navío encallado, y que al resbalarse de sus manos fue a sumergirse en el mar (tal como lo relata Juan Antonio Varese en su clásico libro “De naufragios y leyendas de las costas de Rocha”), el cual Ferreira atribuye  hoy casi con seguridad a los lingotes de magnesio que llevaba el Taquarí con destino a Buenos Aires.

También fueron revelados algunos detalles que tiene que ver con la tripulación de treinta y cinco personas que fueron rescatadas de forma exitosa, todos sanos y salvos, aunque pocos días después tres de ellos irían a fallecer en un accidente de tránsito si no extraño, al menos dudoso, según algunas opiniones de la época.

Otros contaminantes

Finalmente surgió el tema ambiental, ya que no sólo la carga del Taquarí era potencialmente contaminante y podría haber ocasionado problemas al bioma marino, sino que también existían evidencias sobre otros navíos, como el también brasileño Itapagé, que podían ser responsables por la catástrofe ocurrida en 1978, en razón de que las más de trescientas toneladas de agrotóxicos que llevaba en sus bodegas habían sido lanzadas al mar con igual cantidad de soda cáustica -supuestamente para neutralizar sus efectos nocivos-, lo que resultó de gran sorpresa para los presentes.

Mayor fue el impacto del público cuando el autor contó sobre el navío finlandés Enskeri, que con setecientas toneladas de arsénico a bordo había viajado desde Europa con intenciones de lanzar su carga en el Atlántico Sur, lo cual fue evitado por una pronta acción diplomática de los representantes de los países de la región, Argentina, Brasil y Uruguay ante la ONU, sin perjuicio de que en el transcurso de las investigaciones se reveló que el gobierno de Finlandia reconocía haber lanzado al mar otras doscientas toneladas el año anterior, razón por la cual no entendía la molestia de los diplomáticos ante este nuevo intento.

Cabe acotar que Ferreira seguirá visitando otras localidades y presentando su trabajo, llevando conocimiento y aportando información para una toma de conciencia ambiental más sólida y fundamentada, que nos permita a todos pensar y mirar nuestros mares como un lugar de riqueza natural, y no más como “el basurero del planeta”.

Proximamente

Cabe recordar que el mismo ya ha sido presentado en: La Paloma, Cabo Polonio, Hermenegildo, Punta del Diablo además de Punta del Este y Rocha capital. El próximo viernes 29 de marzo, hora 19:00, se presentará el libro UN DESASTRE AMBIENTAL – El misterioso naufragio del Taquarí, en el Club de Pesca y Náutica de La Coronilla.

Richar Enry Ferreira

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Produtor e documentalista, investigador, escritor, jornalista e amigo da natureza.

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