Ahora, cuando analizamos fenómenos regionales como este, necesitamos entender que hay cuestiones que son endémicas, históricas y tradicionales, y que por más que hayan pasado decenas de gobernantes desde el origen de la patria, siguen sin ser resueltas.
Por otra parte, hay temas que son heredados y se arrastran desde hace algún tiempo, como lo es la desocupación, la informalidad y el analfabetismo (o bajo nivel educativo); y finalmente hay temas que son actuales y esos son los requieren soluciones más urgentes porque la gravedad de la situación lo requiere. Para eso no basta con buenas ideas, ni con acciones “samaritanas”, que por más que se acostumbre a hacerlo, no le va a cambiar en nada la vida a la gente. De canastas alimenticias y buenas intenciones está empedrado el infierno, podríamos decir parafraseando el dicho popular. De poco sirve repartir las migajas del Estado entre los más necesitados, si no tratamos algunos de esos problemas que generaron, generan y generarán la actual situación; y no me refiero a la pandemia, sino a la falta de poder adquisitivo, a la falta de libertad de comprar donde es más barato, a la falta de trabajo y al hambre de los que viven en las fronteras si no les damos la posibilidad de que se ganan su sustento con dignidad.
Sería más “inteligente” dejar de hacer política con las necesidades de los contrabandistas, quileros o bagayeros, y ponerse a trabajar juntos, todos los legisladores de los departamentos fronterizos, sin importar color político, en busca de una solución definitiva; y no les pido que cambien la historia y reconozcan que se perdió el tiempo sin hacer nada, ahora puede ser el momento de cambiar de verdad y salir adelante con más inversión, sin barreras impositivas y sin condena penal. Entonces, mi pregunta final es ¿por qué no se puede pensar en Asambleas Ciudadanas en las distintas ciudades de frontera para saber qué quiere y necesita la gente? Y me podrán decir que hoy por la pandemia no se puede aglomerar gente, pero perfectamente se pueden abrir canales digitales para la discusión y votación de la ciudadanía, donde el pueblo se pueda expresar, proponer y resolver qué es lo que quiere, lo que necesita y cree que se merece para cambiar una realidad histórica que ha sido negada por intereses ajenos a los pobladores de la frontera.
Publicado en: https://www.elobservador.com.uy/nota/migajas-de-la-torta-202011235019
Produtor e documentalista, investigador, escritor, jornalista e amigo da natureza.