MIGAJAS DE LA TORTA

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Hace algún tiempo ya, desde nuestra mirada, venimos tratando el tema fronterizo, y no porque seamos los adalides de los quileros ni porque tengamos intereses en el contrabando o porque pensemos que alguien va a cambiar algo en la frontera, sino que intentamos aportar modestamente al cambio desde nuestro lugar como nativos y residentes de la zona.
Hace varios años, desde el departamento de Tacuarembó, unos ciudadanos libertarios resolvieron incursionar en política dentro del Partido Nacional con el lema “Un bagayero, un patriota”; pero tenían más que un slogan disruptivo: planteaban una idea, aportaban un proyecto con base y aporte desde la ciudadanía, propuesta que aún defienden y por la que siguen trabajando Atilio Amoza y Juan Manuel Rodríguez y expresan: “El contrabandista está jurídicamente en la categoría de delincuente por un tema de que no hay un trámite sencillo para la importación” […] La actividad es comercial, consiste en comprar mercadería en determinado territorio, transportarla y venderla en otro. En la esencia no es una actividad que tenga un daño. Queremos abrir el debate y que se cree un mecanismo sencillo acorde a las dimensiones comerciales de Tacuarembó para que se pueda realizar”.
Con la incursión de Cabildo Abierto en la esfera legislativa, desde Artigas, su referente local explicaba la nueva propuesta y decía: “El proyecto trata de achicar esa brecha para que el sector comercio se pueda desarrollar mejor, y evitar que la gente se pase al otro lado de la frontera a hacer sus compras. Se busca disminuir los precios que el consumidor paga para que el comercio sea más competitivo” y define que el objeto es “establecer un régimen jurídico especial de comercio fronterizo para las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) instaladas o por instalarse, en zonas de frontera del país” hasta 20 kilómetros desde los pasos de frontera.
Ahora, hace algunas horas o días, un diputado suplente del Partido Colorado, y también del departamento de Artigas, propone una canasta básica alimenticia para la frontera en estos términos: “Consideramos oportuno promover la desgravación de una lista acotada de productos que integran la canasta básica familiar y de otros productos cuyo uso es indispensable en los tiempos que corren, y cuyo valor en los comercios de los países vecinos es sustancialmente menor”.Mientras tanto el exintendente de Cerro Largo (gobernante por 10 años), ahora electo senador por el Partido Nacional, entiende que las fronteras “son un espacio de oportunidades para el país”, y pide “medidas inteligentes y no más aduana o represión para el contrabando de frontera”. “Estamos sufriendo muchísimo las consecuencias de la falta de competitividad de los productos en frontera. Esto no se arregla con más aduana, con más represión, esto se arregla con medidas inteligentes”.

Ahora, cuando analizamos fenómenos regionales como este, necesitamos entender que hay cuestiones que son endémicas, históricas y tradicionales, y que por más que hayan pasado decenas de gobernantes desde el origen de la patria, siguen sin ser resueltas.

Por otra parte, hay temas que son heredados y se arrastran desde hace algún tiempo, como lo es la desocupación, la informalidad y el analfabetismo (o bajo nivel educativo); y finalmente hay temas que son actuales y esos son los requieren soluciones más urgentes porque la gravedad de la situación lo requiere. Para eso no basta con buenas ideas, ni con acciones “samaritanas”, que por más que se acostumbre a hacerlo, no le va a cambiar en nada la vida a la gente. De canastas alimenticias y buenas intenciones está empedrado el infierno, podríamos decir parafraseando el dicho popular. De poco sirve repartir las migajas del Estado entre los más necesitados, si no tratamos algunos de esos problemas que generaron, generan y generarán la actual situación; y no me refiero a la pandemia, sino a la falta de poder adquisitivo, a la falta de libertad de comprar donde es más barato, a la falta de trabajo y al hambre de los que viven en las fronteras si no les damos la posibilidad de que se ganan su sustento con dignidad.

Sería más “inteligente” dejar de hacer política con las necesidades de los contrabandistas, quileros o bagayeros, y ponerse a trabajar juntos, todos los legisladores de los departamentos fronterizos, sin importar color político, en busca de una solución definitiva; y no les pido que cambien la historia y reconozcan que se perdió el tiempo sin hacer nada, ahora puede ser el momento de cambiar de verdad y salir adelante con más inversión, sin barreras impositivas y sin condena penal. Entonces, mi pregunta final es ¿por qué no se puede pensar en Asambleas Ciudadanas en las distintas ciudades de frontera para saber qué quiere y necesita la gente? Y me podrán decir que hoy por la pandemia no se puede aglomerar gente, pero perfectamente se pueden abrir canales digitales para la discusión y votación de la ciudadanía, donde el pueblo se pueda expresar, proponer y resolver qué es lo que quiere, lo que necesita y cree que se merece para cambiar una realidad histórica que ha sido negada por intereses ajenos a los pobladores de la frontera.

Richar Enry Ferreira

Publicado en: https://www.elobservador.com.uy/nota/migajas-de-la-torta-202011235019

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Produtor e documentalista, investigador, escritor, jornalista e amigo da natureza.

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