DESDE UNA PERSPECTIVA FRONTERIZA

La vida en la frontera es un acto de resistencia social, cultural y comercial que tiene sus particularidades

Fue hace un tiempo atrás, cuando dos actores culturales y sociales decidieron promover la discusión de un tema considerado tabú, para algunas personas dese hace mucho tiempo, en el entendido de que cuestionar tales ideas significaba un atentado contra la producción nacional, un antipatriotismo y un neoliberalismo salvaje que llevaría a gran parte de los uruguayos al desempleo y la ilegalidad.

Quizás, debamos empezar por desentrañar el motivo de esa última significación jurídica que tiene la práctica comercial transfronteriza considerada contra-bando, práctica ilegal, y por ende delito, o talvez empecemos por analizar el origen etimológico del término que la tipifica.

Etimología

Tal como lo descubriéramos, en el transcurso de las investigaciones, llevadas a cabo de cara a la realización del documental audiovisual EL POBRE QUE VA POR PAN y del libro QUILEROS, fue en la época colonial cuando los intereses de la Corona española popularizaron el uso de ese término, indicando a los pobladores de los límites indefinidos  del Virreinato del Rio de la Plata, origen de la aun en ciernes República ubicada al Este del Rio Uruguay, de comercializar con los vecinos que acertaban a quedar dentro de los límites geográficos determinados para frenar las invasiones de sus rivales, la Corona portuguesa, prohibiéndoles así de seguir llevando a cabo ese intercambio de mercaderías, bienes y servicios que permitían la sobrevivencia en esas entre-regiones liminares.

Esas directivas españolas, eran comunicadas a los gobiernos locales representantes de la Corona Española mediante bandos u órdenes con carácter de ley, los cuales llegaban tarde o eran inefectivos para los casos particulares en que España entendía se debían aplicar, razón por la cual esos gobiernos locales decidían “obedecer, pero no cumplir”; por eso, a pesar del bando real prohibirlo las personas que habitaban el territorio indefinido siempre se comercializaron entre ellas y de ahí se decía que esos comerciantes iban contra los bandos del Rey de España, que eran contrabandistas.

   

Fundamentación

Ahora bien, aclarado el origen de la palabra, conocidos los motivos que llevaron a condenar esa práctica y tratar a las personas de forma represiva, para impedir la comercialización entre habitantes de “territorios enemigos”, sin ser expertos, deberíamos analizar la legalidad y el valor que dicha idea protectora tiene por la vía de los hechos hoy día.

Quizás siguiendo esa premisa de proteger la producción de este bando, transformado luego en república y país independiente, siguiendo el interés comercial y económico de las clases empresariales propietarias de la mayoría de los medios de producción o del comercio internacional más próximo al puerto de Montevideo, el espíritu del legislador haya sido incluir en los texto legales subsiguientes la prohibición de comprar mercaderías de un lado de la frontera y pasarla al otro, tratando de proteger el capital local, aun a sabiendas de que su aplicabilidad real siempre fue imposible.

Lo que no se entiende, es como una norma de tales características se mantiene vigente incluso hoy día, cuando desde sus orígenes fue violada, transgredida e ignorada, pero que incluso hoy día ya no tiene casi que ninguna producción nacional que proteger. Entonces, que ha llevado a casi todos los legisladores a conservar una ley que contradice un marco regional como el Acuerdo de Asunción (MERCOSUR), que es injusta y que afecta más de lo que beneficia a la mayoría de la población.

DDHHs

Pero, sobre todo violenta derechos humanos fundamentales de las personas que habitan en las zonas de frontera, ya que no les permite tener una vida decorosa, les prohíbe adquirir los bienes necesarios para su bienestar en el lugar donde está más barato, solo porque hay que proteger al importador nacional, que se beneficia de comprar en el exterior lo que no se produce en el país, recibirlo en puerto y distribuirlo con niveles de ganancia exorbitantes, generando incluso monopolios injustos y desleales, que vuelven imposible el acceso a esos productos.

La primera pregunta que nos surge es: ¿porque puedo elegir dónde comprar dentro de mi ciudad, pero si lo que necesito y es más barato o de mejor calidad está del otro lado de la calle o del río, no lo puedo comprar porque está fuera del territorio nacional? ¿Porque se aplican impuestos de importación que llegan a superan el valor del propio producto, desincentivando así la importación legal, y no se regula el comercio regional?, si estas personas no quieren perjudicar a nadie, no quieren ir presas ni perder lo que tiene, solo quieren poder ganarse el pan con dignidad.

Éstos y otros conceptos, fueron los que movieron a Nicolás Fariña y Richar Enry Ferreira a empezar a pensar en cuestionar esta realidad, para honrar la memoria de toda la gente que de un modo u otro, viajaba a la frontera a ganarse un jornal, para recordar a los que perdieron su vida en esos caminos y rutas de necesidad–a caballo, en bicicleta, en moto o a pie, los cuales han sido plasmados en cuatro esculturas en hierro de más de tres metros de altura que Fariña realizó-, porque está muy claro que nadie subía a un caballo para tirotearse con la Policía, ni a una bicicleta para que el Ejercito le sacara todo, a una moto para morir aplastado por la carga o a un ómnibus con bolsitos para que la Aduana le incaute lo poco que intenta pasar, solo por placer, aquí el factor determinante fue y es la necesidad, de un empleo, de un ingreso económico que le diera a ellos y a sus familias un poco de esperanza para soñar.

Antecedentes

Obviamente que la decisión de tratar este tema no fue fácil, poco tiempo antes una agrupación política de Tacuarembó que bajo el slogan “Un bagayero, un patriota” se había lanzado a la campaña electoral y había sido denunciada por un líder de la oposición política por apología del delito, sin embargo, nada estaba más lejos de ésta iniciativa histórica, cultural y social que dicha actitud criminal.

No podemos negar que ante los cambios y transformaciones de la nueva era política y moral global, por la misma época un legislador llegó a pensar en que se podría despenalizar el contrabando (esto es que dejara de ser considerado delito), pero aunque inédito, no parecía una locura, al fin y al cabo, hasta hace muy poco el aborto era ilegal, consumir marihuana en la vía pública o pensar en la unión conyugal de personas del mismo sexo también; pero bueno, el foco era dar la discusión histórica, recordar a aquellas personas y preservar sus memorias de vida.

En próximas publicaciones les seguiremos contando más sobre esta otra perspectiva fronteriza.

Richar Enry Ferreira

Publicado en EL BLOG DE JUANJO https://elblogdejuanjopereyra.blogspot.com/2023/07/desde-una-perspectiva-fronteriza.html