Las zonas de convergencia, donde los consumidores que buscan abaratar sus vidas
y encuentran aquí a un precio más accesible lo que requieren para satisfacer sus necesidades
Si bien diferentes por su conformación geológica (del Cuareim al Yaguarón, pasando por la Laguna Merín y en los bajos del Chuy hasta el océano), y por la influencia histórica de las colonias, de las reducciones jesuíticas y de las avanzadas españolas, nuestras regiones fronterizas vivieron y viven realidades similares, y a su vez con curiosas particularidades que la distinguen del resto de los países de la región.
Entre guerras y disputas territoriales, fueron pobladas en sus orígenes por algunas personas que vieron frustradas sus esperanzas de libertad: matreros, soldados rebeldes y libertos que murieron en el intento por lograrlo. Otras vieron sus vidas cambiar radicalmente, al dejar su paganismo tradicional para adoptar el cristianismo impuesto por la Corona (en 1737 se registra el bautismo y conversión de 60 indígenas minuanos en la fortaleza Jesús-María-José, en Río Grande) (1) ; mientras que muchas otras, luego de las luchas de divisas, construyeron con éxito su futuro y el de sus familias en esta región, conocida como de “Campo Neutral”.
A fines del siglo XIX y principios del XX, la migración empezaba a cambiar las características etnográficas, sociales y culturales de nuestra región: azorianos, italianos y japoneses bajaban al sur del territorio brasileño, mientras que gallegos y vascos llegaban al Uruguay, y desde el puerto capitalino también venían al Norte algunos franceses, alemanes, armenios, suizos, rusos, judíos y “turcos” -como se les decía a todos aquellos provenían del Cercano y Medio Oriente, fueran sirios, libaneses, árabes o turcos propiamente dichos- que hablaban un español forzado y entreverado, aunque en la época de su ingreso al país portaban pasaportes del Imperio Otomano.
Acabada la Primera Guerra Mundial, la prosperidad económica y la libertad política que caracterizaba al Uruguay post-batllista hicieron que nuestro país fuera atractivo como destino de los migrantes que buscaban su rincón en el mundo; se estima que de 1925 a 1933 ingresaron al país unos nueve mil inmigrantes. Sin embargo, en la década del ‘30 se dio un cambio radical en la política migratoria: el Uruguay de “puertas abiertas” llegaba a su fin, reemplazado por un intento de homogeneizar étnica y culturalmente al país, el cual se vio traducido en la promulgación de leyes y decretos que restringieron la entrada de inmigrantes. A título de ejemplo, en 1932 se creó la ley No. 8.868 conocida como “Ley de Indeseables”(2), que daba preferencia a los inmigrantes de origen latino e intentaba dejar afuera a aquellos grupos que se consideraban difíciles de integrar, entre ellos los “turcos”.
Ese vistazo a la historia nos sirve para entender que hay elementos extemporáneos y que de modo circular se han repetido consecutivamente, marcando nuestras fronteras: al colonialismo le siguió el caudillismo, a éste una democracia liberal, para luego pasar a un autoritarismo con tintes de nacionalismo exacerbado, y todas esas tendencias siguen vivas y presentes en parte de la sociedad contemporánea. Tal es así, que aún hoy existen aquellos que consideran que los pobladores de las terceras zonas o entre-medios son todos bandidos y marginales; están los otros, que entienden que la dinámica comercial de las fronteras es necesaria y da vitalidad a una parte del país que de otro modo estaría muerta; e inclusive no faltan los que, de ser por ellos, pondrían un muro con puerta y candado impidiendo la migración, la entrada de nuevas culturas, los diversos idiomas y la vida misma en las fronteras, porque ven en esto una amenaza latente a su hegemonía de estabilidad comercial, financiera, social y sanitaria.
Lo cierto es que, al igual que Walter Benjamin “descubre en el pesimismo el punto de convergencia efectiva entre surrealismo y comunismo” (3) , deberíamos buscar el punto de convergencia que las nuevas realidades migratorias, culturales, sociales, lingüísticas, económicas y tecnológicas han traído. Dicho autor se refiere a la llegada de esas cosas nuevas como una tangente que se cruza en un punto con el círculo de lo establecido, pero no choca violentamente, no confronta ni genera alteraciones, no genera una ruptura, sino que sigue un nuevo curso, crea cosas nuevas y hasta se acelera.
En el año 1995, mientras el mundo financiero se recuperaba del “Efecto Tequila” (crisis financiera de origen local causada por falta de reservas internacionales en México), Brasil enfrentaba el desafío del real, y la falta de estímulo dominaba el comercio de frontera en Uruguay, surgieron los Free Shops uruguayos, revitalizando la vida en la región cuando ya todos perdían las esperanzas. Del mismo modo hoy, cuando la situación económica se ve agravada por la desocupación, los coletazos de la “crisis sanitaria”, el encarecimiento en el costo de vida -debido a la suba de los combustibles, provocada por la ganancia exacerbada de refinarías que facturan hasta el 658% más- (4) , deberíamos plantearnos si los Free Shops del lado brasileño no van a venir para cambiar algo, si la salida no podría venir por el lado de una tarjeta fronteriza que nos permita comprar exonerados de IVA, sin tener que ir al otro lado de la frontera, o si la implementación de la micro-importación para uruguayos no será la nueva y definitiva solución a un problema antiguo.
Lo que debemos evitar a toda costa, es recaer en esa campaña del miedo y el terror a la que algunos nos someten periódicamente, buscando alejar a los compradores de las fronteras, desestimulando e intimidando con el viejo fantasma de la represión a los consumidores que buscan abaratar sus vidas y encuentran aquí a un precio más accesible lo que requieren para satisfacer sus necesidades, porque allá no pueden adquirir ni la mitad de lo que necesitan para tener una vida digna.
Continuaremos tratando este tema con mayor profundidad en próxima columna.
Richar Enry Ferreira
- Mirco, 1987, citado en Oliveira, 2010. BIBLOS – Revista do Instituto de Ciências Humanas e da Informação
- Revista Histórica Rochense N° 7
- La Filosofía de la Historia – Walter Benjamin
- https://www.forbes.com.mx/refinerias-viven-un-nuevo-boom-se-disparan-sus-ganancias-658/
Produtor e documentalista, investigador, escritor, jornalista e amigo da natureza.