Mujeres desobedientes en la frontera
Dicen que hablar de mujeres de éxito y no mencionar a aquellas rebeldes que han cambiado de alguna manera la historia es absurdo. En este caso también lo son: aunque, como es habitual, el mundo del contrabando ha sido un universo predominantemente masculino, existieron y existen esas mujeres fuertes, luchadoras, rebeldes, resistentes y controvertidas que se impusieron a la adversidad y buscaron su realización a través de diferentes ideales, luchas o ideologías.
Mujer con niño y bolsas de la compra
Después de año y medio con las fronteras prácticamente cerradas, y ante un escenario de crisis económica y social, el protagonismo de estas personas reaparece, por diversos motivos, pero con un sentido de responsabilidad familiar, no les resulta tan fácil emigrar en busca de otro futuro: con hijos a su cargo, madres o padres ancianos, y sin muchas oportunidades laborales en la región fronteriza -donde crece la informalidad, el desempleo y el hambre- vuelven a romper las estructuras y salen a luchar por sus necesidades y sueños, con lo que tienen a mano.
Algunas ropas de tiendas de segunda mano y otras de contrabando, algunos productos de higiene y otros de belleza personal, o algunos dulces elaborados con materias primas más baratas compradas del otro lado, intentan negociar, -como lo expresa el libro QUILEROS- porque las puertas parecían cerrárseles, y no veían un lugar donde pudieran ir a ganarse el pan con honestidad y dignidad; por ello, recurrieron a la práctica ilegal del contrabando, y no sólo de puerta en puerta, como quienes los precedieron, sino también en redes sociales y grupos de chat.
Los mismos que escondían los bagayos en la paja, daban de beber a los caballos, o salían a repartir los productos quillados en bicicleta, son los que hoy no les importa cuántas barreras legales impongan los estados, o nos castiguen las apragas, o se implementen condiciones irrazonables en las fronteras, no renuncian a sus objetivos, ni están dispuestos a que los suyos sufran las injusticias que el poder determina para los que no tienen protección legal (aunque la ficción intente cerrar completamente las fronteras, convirtiéndolas en sujetos dignos de cuidado, pero cosificando a las personas y sus necesidades).
Lo cierto es que necesitamos «una mirada desde la perspectiva de género que vuelva a poner a las mujeres en el centro de la escena, haciéndolas visibles y promoviéndolas como sujetos dignos de la historia, porque la historia tiende a revelar a las mujeres notables en la medida en que comparten cierta similitud con los hombres, dejando oculto al resto del colectivo de mujeres »(1), no en vano el trabajo no remunerado realizado por las mujeres supone 10,8 Trillones al año en el mundo (2).
Si la forma de revitalizar la vida económica y social en las fronteras -que «sería mejor que no existieran »(3) – será a través de las MEI (Pymes), el emprendimiento o las bagayeras, el futuro lo dirá; la cuestión es que ellas, preparadas o no, profesionales o no, con capital propio o prestado, las desobedientes y rebeldes serán las que nos ayuden a superar la situación actual.
1- http://www.biblioteca.unlpam.edu.ar/pubpdf/aljaba/v16a16pigna.pdf
Publicado en: EL PAIS
Produtor e documentalista, investigador, escritor, jornalista e amigo da natureza.