El medio de transporte que cambió la historia,
y forjó otras realidades en las fronteras
Hasta promediar el Siglo XIX, el transporte en nuestro país se basaba principalmente en las carretas tiradas por bueyes. Con el aumento de la población en la campaña, se hacía necesario mejorar los medios de comunicación; es ahí que surgen las diligencias, que dieron más agilidad al transporte, aunque las carretas continuaron siendo utilizadas como medio de carga.
Sus orígenes
La primera diligencia del país funcionó en el departamento de Lavalleja en 1852, partiendo el día 3 de diciembre del mismo año desde Plaza Constitución de Montevideo hasta Minas. Juan Montero fue el mayoral en hacer el primer viaje; el mismo era oriundo de las Islas Canarias, y había sido Oficial de Oribe en tiempos de la Villa de la Restauración.
El carruaje tenía comodidad para ocho personas (luego se le colocaría una división interna para las señoras que gustasen de viajar con independencia), y en su trayecto hacía una parada en Villa Pando; el valor del pasaje de Montevideo a Pando era de dos patacones, y de Montevideo a Minas de cuatro patacones. Cada pasajero tenía el derecho a transportar un equipaje de hasta una arroba (más o menos doce quilogramos y medio) en una cómoda baca encima del carruaje.
La necesidad y voluntad de la población de la época hizo que pocos días después naciera en la ciudad de San José una nueva diligencia; fue idea de varios vecinos pudientes y protagonistas, con la intención de comunicarse regularmente con Montevideo.
Un señor de nombre Mandain construyó para la empresa “Amigos del Progreso” una hermosa diligencia con dos compartimentos, modelo cupe y rotonda, con comodidad para catorce pasajeros. El 22 de diciembre de 1852 hizo su entrada triunfal por una calle que sería la actual 18 de Julio, tirada por ocho tordillos prestados por Don Francisco Larriera. El 25 de diciembre de 1852 regresó de la capital a la ciudad de San José con cuatro pasajeros.
En las fronteras
Como nuestro objetivo es rescatar la historia de nuestra frontera y la región, fuimos en procura de los memoriosos que guardan relatos de sus antepasados, documentos escritos o fotográficos, para así saber más sobre las diligencias que surcaron nuestro territorio llegando a esta frontera de la patria.
De la revista “Una Historia de Rio Branco”, (1853-1858) auspiciada por la Comisión Patriótica de Rio Branco, extraemos: “La línea Villa Artigas-Melo era atendida por Don Floro Castaño, y más tarde por Don Francisco Mestre. Ya casi en los albores del Siglo XX, Don Juan Socorro Eyherabide será el nombre de la empresa que con los anteriores mencionados se constituirían en los pioneros de aquellos, unas veces polvorientos, otras veces embarrados caminos”.
En una correspondencia del 11 de agosto de 1855, Don Andrés Pérez Vila (fundador y sostenedor del periódico “El Fanal”) le decía a Don Francisco Mestre: “Se hará todo lo que se pueda para que Uds. tengan un buen éxito en la empresa de la diligencia, debiendo estar preparados para la competencia que tendrán que sostener con Floro Castaño; pero creo que Uds. tendrán preferencia, siempre que en la posada donde deben hacer noche los pasajeros, los traten bien y les presenten una regular cama, cobrando por ella doce vintenes. Esto mismo creo hará Castaño…”.
Con fecha 15 de setiembre, reiteraba sus impresiones sobre el servicio de diligencia, aconsejándole la impresión en “El Fanal” de doscientos o trescientos volantes con el horario y tarifa de la misma, como también de material de propaganda; y a continuación le decía: “Ya están declarados parte de sus parciales por la diligencia de Don Floro, que el peón le explicará de palabra, y confirmando lo que le decía en mi última, es de necesidad que los pasajeros sean bien tratados en la posada donde hagan noche. Le recomiendo que por ningún principio deje de hacerlo, a fin de que no se desacredite…”.
Por lo que leemos, sabemos que la diligencia de Don Floro se había puesto en marcha antes de 1855, y le llevaba ventaja en la competencia a Don Pancho Mestre. En 1870 Don Socorro Eyharabide ya estaba instalado haciendo la línea de Villa Artigas directo a Montevideo dos veces al mes; luego, con la llegada del ferrocarril a Nico Pérez alrededor de 1885, cambia su itinerario, y lo hace de Nico Pérez a Villa Artigas y viceversa, hasta el año 1896.
Del otro lado de nuestra frontera (Yaguarón), el medio de comunicación más importante era el fluvial, con vapores y otros tipos de embarcaciones, que la unían con los puertos más importantes de esta región hasta llegar al de Rio Grande; pero también lo hacían por vía terrestre, y ahí aparecieron las diligencias que hacían su trayecto por varios pueblos, llegando a la ciudad de Pelotas.
En el periódico de Villa Artigas, “Libertad”, el día jueves 15 de setiembre de 1904 se puede leer:
“Itinerario – De las diligencias de la empresa Mieres-Costa que hacen la carrera entre Yaguarón y estación “Basilio”, pasando por “Herval”.
Salidas – De Yaguarón al Herval los domingos.
De Herval a estación Basilio los lunes.
De estación Basilio al Herval los miércoles.
De Herval a Taguarón los jueves.
Agentes: En Yaguarón – Hotel Frances; en Herval – Felipe C. Pereira; en estación Basilio – Américo González…”
Fuimos a investigar en la prensa de la vecina ciudad, para así llegar lo más lejos posible en el tiempo y encontrar alguna información sobre diligencias que hubiesen realizado viajes a nuestra frontera en forma alternada, ya que las tres mencionadas hasta aquí tenían itinerarios establecidos con llegadas y salidas de Villa Artigas (hoy Rio Banco); pero sobre los resultados de dicha investigación continuaremos hablando en una próxima entrega.
Juan Carlos Muniz
Peão rural, Artísta plástico, Rescatista histórico e Escritor.