Se dice que la modernización viene…me pregunto si será en unos cien años.
Para conocer y saber lo que tiene, quieren onecesitan los educando, a veces basta con dar oídos a quienes están con ellos a diario, por eso entrevistamos a quien de ahora en más será una nueva colaboradora de nuestras columna de opinión y análisis.
CM: Te damos la bienvenida Giovanna Dávila Alegre a este medio de prensa y lo primero que te pedimos es tu perfil.
GD: Muchas gracias. Me presento y cuento la odisea de ser una muchacha de cuarenta años, normal en su tierra. Nací y viví los primeros años de mi vida en Achar, un pueblito a noventa y dos kms de Tacuarembó capital, pueblo que nació con el ferrocarril, y quedó devastado junto a él. Cursé en la Escuela Nª4 Juan Zorrilla de San Martín, la única. Secundaria en San Gregorio de Polanco, incluidos sábados. Salía de casa a las 6:45 y regresaba 14:00, educación física, atletismo. Mido 1.62 mts, salí segunda en salto alto en 1995. Desafío Bachillerato: cumplido en Tacuarembò capital.
Viví en hogar de estudiantes donde – 1998- 1999- conocí estudiantes del Uruguay profundo que se sorprendían por el agua que salía de la canilla. El año en que inauguraron la llegada de la luz eléctrica a Paso del Cerro, pueblito cercano, me radiqué en Montevideo. Facultad de Derecho, Carrera Relaciones Internacionales, tremenda carrera que volvería a hacerla, más comprometida. Trabajé, me mudé, y llevé una vida “normal”. No tan normal fue volver en 2014 a mi pueblo natal, ni ha sido tan normal lo que he vivido en lo sucesivo. Actualmente, trabajo como docente en CES.
CM: Cuando te invité a acompañarnos como columnista, me confesaste que estabas ya con ganas de escribir. ¿Qué es lo que motivó esa decisión?
GD: Quiero escribir sobre este lugar marginado del mundo, o automarginado, el otro Uruguay, el Uruguay profundo, el Uruguay olvidado, “el interior” o “afuera”. Segmentación lingüística, histórica, geográfica, discriminatoria, que me hace pensar este lugar como el “inframundo”, queda a elección del lector darle contenido romántico, mitológico u otro.
CM: ¿Cuáles temas abordarás en tu columna?
GD: Me interesa el tema del Uruguay profundo, qué por estar en la base económica, sostiene al país. En lo social, me interesa abordar el tema de los gurises (discriminados) que viajan trescientos km para asistir a su centro de estudios, y luego se quedan en su pueblo sin nada que hacer. Se dice que la modernización viene…me pregunto si será en unos cien años. Se dice que son el “futuro”, pero los veo pateando la pelota que otros del “futuro” tomen las decisiones. En salud, quiero mostrar las paradojas, por ejemplo, el Hospital de Tacuarembó es el más adelantado en materia de neurología, y, al mismo tiempo, a 150 km del mismo mueren los usuarios por una simple gripe, sin medios en localidades cercanas (Ref. W2), recordar que Uruguay se recorre en seis horas.
Otro tema, podría ser la historia, las razones para fundar Uruguay. También medioambientales que son mi área de experticia. Volviendo a los gurises de un pueblito del Uruguay profundo y a sus familias, quiero poder mostrarles: cómo obtener un premio de robótica e ir a Huston; la piedra más grande, más brillante de Artigas o (Soledade) en el Museo Geológico; el mejor tomógrafo del interior; las raíces charrúas y el Museo del Indio; y todo ésto desde un aula biosustentable construida en la Colonia de Primaria en el Iporá (junto con significado y pronunciación); la fiesta de la Patria Gaucha. También quiero transmitir las maravillas de los “parajes”. En todo eso estamos, y a por eso vamos.
CM: ¿Qué reflexiones quieres compartir ahora con los lectores?
GD: Uno no es de allá ni de acà, con gente querida y para extrañar acà y allà. Nuevos mundos por conocer y por conquistar, es el desafío. Conocer cada barrio, cada poblado, cada pueblito, de este territorio que se parece al “inframundo”, y que está en Uruguay, lejos de Montevideo, cerca de Brasil, cerca de Argentina, con intenciones y cultura propia. (Ref. –W3).
Se nace en un lugar, y creemos que somos ese lugar. Aún cuando mis compañeros de facultad- extrañamente la Facultad de Derecho tiene una población de más del ochenta por ciento del interior, calculo que, de ese porcentaje, otro setenta y cinco por ciento somos de Tacuarembò, pienso que somos legalistas-, los cinco compañeros y amigos que hice de Montevideo, creían que me levantaba y tomaba leche al lado de la vaca, y no creían que era de Tacuarembó, porque no tenía el cantito característico, que ciertamente descubrí muchos años después: “no´è?”
Aprendí estos años de docente en mi pueblo- que, finalmente, tuvo su Centro de Estudios de Educación media en 2011, con estudiantes de varios centros poblados desde la ruta 43 y desde la ruta 59- que Costas de Clara, no es Clara, está a unas “leguas”, y que, yendo por ésta, Cardozo Chico está al costado de Cardozo grande; que los “truenos” esos con sol, son las maniobras del Ejército en “La Aldea”; y que se puede ir y venir en bicicleta. No me queda claro todavía la diferencia entre Rincòn de Tranqueras y Tranqueras de Rivera, que está más cerca que San Gregorio de Polanco, pero un docente tiene tres horas para llegar allí con una hora (maravillosa desde octubre) en la garita de “La Bica” desde 6:30 hasta 7:30.
CM: Solamente me queda reiterar la bienvenida y decirte que esperamos ansiosos tus entregas.
Cecilia Martínez
Referencias:
W1- https://dle.rae.es/inframundo?m=form
W3- https://tacuarembo.gub.uy/stg/sobre-tacuarembo/localidades/
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Doutora em Direito e Ciencias Sociais, Agente de Propiedad Industrial e Jornalista